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MUCHO DADÁ

Pequeño, siempre

He estado ejerciendo de arqueólogo personal, buscando en mis cajones, en mis papeles, en mis archivos, revisando mi vida literaria, que es mi única vida, y he encontrado rastros de antiguas civilizaciones que poblaron mi cerebro y de las que solamente quedan templos derruidos, altares de sacrificio, papeles arrugados y un tambor de detergente lleno de juguetes.

Empecé a escribir con 6 años, de vez en cuando, por imitar a mi padre y porque a los mayores les hacía mucha gracia. Y aquí sigo. Haciendo gracia a los mayores

niñez

Con 6 años, mi primer poema:

PECES
Peces que lloran debajo
del agua, peces que
cantan cuando yo canto.
Yo canto y lloro al mismo tiempo
que Laura llora y canta

Con 8 años:

AMANTA

Amanta, Amanta, nadando en la laguna,
en la barca fantasma te esperan
los demonios, con sus ojos púrpura,
sus ojos malditos.
¡Escapa, escapa, Amanta!
En el infinito de la oscuridad
los demonios te matarán,
te matarán, te amantarán,
y te quemarán en el infierno.
Te disecarán
y todo se quemará en el infinito,
pues todo se pierde, todo se pierde.

Pre y adolescencia

Con 14 años:

NEVERNESS
¿Qué es un guerrero sin guerra?
¿Qué es un actor sin escenario?
¿Qué es un poeta sin poema?

¿Y qué soy yo,
como todos los hombres,
sin la guerra de mis pasiones,
sin el escenario en que me muevo,
y sin el poema de tus ojos,
que tanto amo?

Sí,
querida mía,
prefiero ser hombre,
que loco enamorado de un sueño.

Con 17 años:

DIFÍCIL

¿Tan difícil es
olvidarse de que dormimos quietos
y dejarse llevar
por el suave balanceo
de una cuna sustentada
por un sueño?

Dormir plácidamente
envueltos en una ignorancia meditada,
con los ojos abiertos,
redondos como platos,
pero durmiendo.

Nada me toca ni me afecta,
nada pasa los sólidos barrotes
de la nueva cuna de mi existencia.

Para machacar el miedo
a morir vivo
a vivir muerto.

Y, ahora mismo, con 24 años, casi 25, mirando atrás, pienso en escribir una historia en la que un niño pequeño entierra en el jardín una caja de metal en la que guarda una foto, una carta “para su yo futuro”, una moneda de plata, una navaja mellada y una pistola que le ha robado al vecino policía, cargada.
Todo lo que cree necesitará cuando sea mayor: una bomba del tiempo, una bomba atómica; unas palabras de esperanza, unos tesoros y, por si todo falla, una carta de suicidio anticipada.
El cuento se titulará “Pequeño Ángel Vengador”

2 comentarios

L'ange sans ailes -

Gracias por pasarte por mi blog! Es buena la idea de tu historia. Y los poemas me han encantado, se ve claramente la evolución lógica, el crecimiento, cómo cada vez la vida tiene más importancia y se va complicando todo.
Saludos!

odyseo -

Explota tu vocación temprana, desde el trabajo continuo y la humildad del que se sabe imperfecto.
Saludos