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MUCHO DADÁ

La Regenta vive

Cuando llovía,
Siempre llovía en su tierra
Mientras todo el mundo corría
A resguardarse
Ella dejaba lo que estuviera haciendo
Y se quedaba quieta bajo el aguacero
Miraba al cielo
Extendía los brazos
Y sacaba la lengua
Segura de que sabría salado
Segura de que no estaba lloviendo
Segura de que el cielo estaba llorando
De que el mundo, la naturaleza, Dios
Compartían su enorme tristeza.

En el fondo,
A los ojos de la gente
Parecía Tonta

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